El paisaje urbano de Miami se transforma a pasos agigantados, movilizado
por dinero de latinoamericanos que ven a la ciudad como un lugar de
escape a las crisis de sus países
Caminar por el centro de Miami o Brickell ya no es lo
mismo que hace un par de años atrás, el despliegue de obreros
trabajando, camiones y grúas sorprende a cualquier transeúnte. De un
momento a otro se han puesto en marcha decenas de obras de condominios,
centros comerciales, hoteles y restaurantes. Ya casi no quedan espacios
baldíos, y donde los había se levantan enormes torres a todo vapor.
La ciudad se está transformando, sin lugar a dudas. ¿Es
que la crisis ya pasó?, ¿de dónde viene todo ese dinero?, se preguntará
mucha gente. La recesión está pasando para algunos sectores -según
datos macroeconómicos-, aunque no para todos. Pero la crisis
inmobiliaria en Miami quedó en el olvido, los precios se han recuperado y
continúan subiendo, y el mercado se mueve rápidamente con una fuerte
demanda de compra y un inventario que está quedando limitado.
En cuanto al dinero que alimenta el crecimiento de
tantas nuevas edificaciones, proviene principalmente de Latinoamérica,
por las crisis político-económicas de los países; y después de Europa,
por los –aún- bajos precios de una ciudad muy atractiva y la fortaleza
del euro frente al dólar.
“Los nuevos desarrollos se están adquiriendo en un
altísimo porcentaje por extranjeros que vienen con el dinero en la mano.
La mayoría viene de América Latina. Están comprando principalmente para
tener un refugio, una segunda casa en el caso de vivir una crisis
fuerte en su país. Ven a Miami como un lugar de escape”, dijo Francisco
Angulo, presidente del sector residencial de REALTORS MIAMI,
entrevistado por DIARIO LAS AMÉRICAS.
“La situación política y económica de Venezuela,
Argentina y de otras naciones de Latinoamérica, y todos los temores que
hay en países que están cambiando de gobierno nos beneficia, porque la
gente viene aquí a comprar para diversificarse”, agregó Angulo, también
gerente de Coldwell Banker en Coconut Grove y coordinador regional para
Sudamérica de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR).
El boom que se viene
La nueva transformación urbana apenas da sus primeros
pasos. En el área de Miami-Dade County recién se han terminado tres
torres con 358 unidades, pero se están construyendo 47 edificios (6.401
viviendas) y están proyectados otros 41 (6.639 unidades).
Además, hay postergadas otras 64 edificaciones
(10.859 apartamentos), que si se construyeran subirían el total a 164,
según los sondeos de Cranespotters.com.
El dato interesante que revela esta firma es que el
90% de las ventas de pre-construcción fueron pagadas con dinero en
efectivo. Sólo el 10% han sido financiadas. "La mayoría de los
desarrolladores está siendo más conservador y pide entre un 30% y 50% de
pago inicial antes de comenzar la obra", señaló Angulo.
Dos ejemplos de los datos anteriores son los lujosos
condominios The Bond y 1010 Brickell. En ambos proyectos los
desarrolladores confirmaron a DIARIO LAS AMÉRICAS que están pidiendo
alrededor de un 50% del pago adelantado (antes de comenzar la obra) y
que sus compradores provienen de América del Sur, especialmente
Venezuela, Brasil, Argentina y Colombia.
Juan Carlos Bringas, dueño de la firma inmobiliaria
AB Realty, señaló que "si el comprador paga este algo porcentaje con
anticipación, las probabilidades de que luego lo pierdan son mínimas.
Por eso no creo que volvamos a caer en una crisis como la pasada".
¿Condominios para vivir o alquilar?
Ahora, qué pasará cuando todos estos extranjeros que
están comprando condominios decidan poner en alquiler sus propiedades,
¿eso aumentará la oferta de alquileres y bajará los precios?
"Da un poco de temor que todos estos compradores
extranjeros quieran después rentar sus propiedades y que cuando lo hagan
haya mucha oferta de alquileres y los precios bajen un poco, porque tal
vez no consigan el dinero que esperaban ganar", opinó Bringas.
"Yo conozco muchos agentes inmobiliarios que venden
propiedades a gente extranjera que ni las viene a ver, y le hacen
grandes promesas, pero la gente no sabe qué está pasando aquí. Ahí sí va
a haber problemas, porque después tal vez se den cuenta que la
situación no es tan bella como esperaban", agregó.
Por su parte, Angulo opinó que los precios de los
alquileres de estas viviendas lujosas no van a bajar tanto. "Son caros
por el valor del tipo de propiedad. No creo que estos precios bajen,
porque en este nicho de lujo, los clientes no se fijan tanto en los
costos sino en las cualidades del lugar".
lrivera@diariolasamericas.com